Salve, reina de las
artes,
De las artes casuales,
De las puras
casualidades,
De las eternas deidades.
Juicios de valor,
en la presunción de
inocencia.
Delitos de omisión,
En la escenificación de
los honores a la fiesta.
¿Quién tiene el bastón de
mando?
En la ilusión de un
público profano.
¿Quién aporta la opinión?
De cualquier comentario.
Meter en la política
municipal,
el arte de la palabra.
El escrutinio del
sentido,
El deseo perverso de los
vivos.
¡que cumplan!.
Que cumplan sus
aspiraciones,
En las luchas de
pasiones.
Que ensalcen las locuras
como pueblo.
Que digan de el,
No fue mas que un misero sueño.
¡Dejadlos!
Dejar que sobre los sus
tejados vuelen los remordimientos.
Agravios comparativos de
los pensamientos.
No os preocupéis por dar
sentido al tiempo,
Que una vez asumidos,
Sellaran sus recuerdos.
Se cuadran ante los
honores,
Observan, miran
opiniones.
Desfilan alineados al
sentido,
Paso firme y decidido.
Pasan sonando sus
trompetas,
Saludo de la más fina
nobleza.
Recogiendo el aplauso predispuesto.
La esencia del universo.
Espacio tiempo del
pensamiento,
Las tradiciones,
con apoyo de fe, en las
concesiones,
Un baño de masas,
Orgullo patrio de las
salvas.
Objetores de conciencia,
Que rinden honores a la
bandera.
Teoría misteriosa de las
cuerdas,
Hilos de poder,
Que no saben como coser,
Los sentimientos que le
aprietan.
No hay como salir del
medio para que te vean.
La ocultación de la
emoción,
Nos evita dar
explicaciones.
La exposición del
sentimiento,
Rebota, si no se comparte
argumento.
Y en todo discurso
académico,
La escenificación de los
sueños,
Será interpretado como
cada uno vemos.
Salve, la cohesión social
de cualquier pueblo.
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