No, no despertéis a la
bestia,
Que su imaginación,
Va más allá de los
infiernos,
Más allá del sufrimiento,
No, no hagáis que deje de
sentir el remordimiento,
Que el tiempo es eterno,
Y el pensamiento un
defecto.
No, no despertéis al
diablo,
Que en la blasfemia tiene
su encanto,
Y en la alegoría lo esperado,
No, no despertéis al
incauto,
Que en el dolor,
El saber es indecente,
El querer indolente,
Y la pasión insolente.
No, no los despertéis por
favor.
Seguid creyendo que este
mundo es un sueño,
Seguid leyendo y no uséis
el cerebro,
Seguid pensando que
vendrán las hadas a salvaros.
Y Si todo esto hacéis,
Seguiréis quejándoos de
los males que padecéis.
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