y cuenta el de la triste figura, allá en Tuiy, su ciudad:
La navidad y el reflejo de la actualidad.
Luces de colores iluminando casi todos los pueblos,
luces de ilusiones que se van en el presupuesto.
Músicas celestiales por todas las calles, propaganda
incluida para no perder la partida.
Alusiones a regalos y a que felices sean los años.
Misas cantadas adornadas de mil guirnaldas.
Discursos de los mas diversos gustos.
Operaciones benéficas para recaudar alimento, porque como
sociedad a un no es capaz de corregir lamentos.
Sermones confusos en las explicaciones de su mundo.
Algarabía del comercio que se adorna de lo superfluo
En la memoria del ayer se repite la caída del mundo. Mas
no cae, sino que se construye uno nuevo en cada pensamiento. No dejemos pasar
el momento y hagamos un pequeño esfuerzo para comprender-lo.
Felicitemos las navidades, y pensemos en el mensaje. Ese mensaje
que se sigue intentando transmitir a lo largo y ancho de los tiempos.
La navidad, el nacimiento de un nuevo concepto para la
comprensión de la vida y el pensamiento. Un conocimiento que nos hace participe
de la vida misma, siendo parte inseparable del universo que la conforma.
El mensaje, la idea, el concepto, la unidad de
pensamiento.
La idea de sentirse parte de un todo, mas allá de nuestro
individual concepto.
La navidad. Se acercan fechas de buenas promesas, y
quisiera que fueseis felices en vuestros tiempos, con el deseo de que en el
futuro seamos quien de comprenderos. Como individuos, como sociedad que somos,
como pensamientos de un mismo sueño.
Rompamos el silencio de las vergüenzas, y demos libertad
a nuestra conciencia. Disfrutemos de las fiestas.
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