y cuenta el de la triste figura, allá en Tuiy, su ciudad:
Los silencios son los que me ahogan. Esos tiempos
eternos a la espera que de comienzo una comunicación que comparta condición.
Y buscamos
el camino de las palabras, para que nos ayude a alcanzar lo deseado. Caminando entre
senderos llenos de piedras ideológicas, que nos detienen en las más absurdas
discusiones filosóficas.
Y nos
quedamos en silencio, y meditamos el momento. Para de nuevo repetir los mismos
sueños. Creando ilusiones en cada tropiezo.
“el
mundo ya en mio, ya es tuyo, ya es de todo el mundo.
A mi
ángel, para que en su viaje alcance las emociones de sus deseos.
La felicidad,
un sueño al alcance de la mano. Si la intentas atrapar, jamas sera alcanzada. Solo
desde la distancia se puede sentir su gracia.
Es cuestión
de confianza, en este mudo donde vivimos, disfrutando de los placeres divinos.
Todo es
un fluir, un caminar sin pausa.
Un delicioso
placer de un encuentro esperado.
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