y cuenta el de la triste figura, allá en Tuiy, su ciudad:
Cuando
los sueños eran eternos.
Cuando
la eternidad era un sueño.
Cuando
el presente acaricia nuestros tiempos.
Sentimos
y transmitimos sentimientos.
Nos
abrazamos y compartimos esfuerzos.
Evaluamos
las acciones y posicionamos los cuerpos.
Cambiando
la realidad en cada momento.
Desde
los sueños, puesta la mirada en cada rincón que encontremos.
Identifiquemos nuestra esencia, para de ella sacar las
mejores propuestas
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