y cuenta el de la triste figura, allá en Tuiy, su ciudad:
La locura
de un día sin cordura.
No hay
mayor barrera que el silencio.
Y solo
el silencio, es capaz de alcanzar el infinito de los tiempos.
Lo siento
mi ángel, pero vuelvo al presente de las artes.
Al silencio
que en nosotros cave dentro.
Cuando quieras
alcanzarme, ya sabes donde encontrarme.
En lo
mas hondo de tus pensamientos.
En el
paraíso de tus sueños.
Allí estaré,
en el mismísimo universo, formando parte de un minúsculo pensamiento.
Donde cada
silencio se hace eterno.
Agárrame
firme, o déjame libre.
Pero no
me dejes con la duda, de si lo nuestro es parte de mi locura.
Prefiero
ignorar el todo, que quedarme sin saber realmente lo que somos.
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