miércoles, 10 de diciembre de 2014

La suave voz de la dulce dama

y cuenta el de la triste figura, alla en Tuiy, su ciudad:



Cuando la luz esta oculta tras el templo,
Cuando el tiempo es un hecho no un sueño.

Dejo su alma a merced de las olas llenas de notas.
Donde afloran la música de la vida.
Dejo ir en ella toda su pureza,
Sensaciones vividas con delicadeza.

La canción que en dulce danza, nos acuna el alma.
La suave voz de la dulce dama,
Inspiran la tranquilidad que alcanza.

Fue acompañado de su opuesto,
Los pecados acumulados a través de los años.
Esos que ni por unos ni por otros fueron olvidados,
Esa bajeza de que el ayer fue culpa del presente.
Y en el ausente deja libre la mente.

Olas sin rumbo,
Amores en la interpretación del melódico culto.

Los amores son aquellos que sientes tuyos,
Que forman parte de tu conjunto.

Los amores son esos que se pierden por no alimentarlos de pasiones,
De objetivos comunes y concretos.
De momentos que infrinjan ilusiones.

Los amantes son aquellos que riegan el tiesto,
Los que inspiran emociones,
Los que sufren las ocasiones.
Los que descubres las conjugaciones.

Los amados, son esos que soñamos,
Esos que nos alientan en el ocaso.
Esos que escuchan nuestros pecados.
En las vagas apariencias de lo admirado,

Los cambios en el compartido,
Sostiene con finos hilos lo prometido.
El sueño prohibido.

Y sigue la dulce danza,
Empujando la esperanza.
La voz de la dulce dama,
Creando la tranquilidad del alma.

A Tuiy mi ciudad,
Para todos sus amantes que sueñan con su lealtad.
 

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