y cuenta el de la triste figura, alla en Tuiy, su ciudad:
La Ocasión.
Un nuevo balcón para el
placer,
Para disfrutar de lo que
se ve.
Falo que al balcón
llevas,
Las miradas de pasión,
Los roces de contrición,
Mirador del encuentro,
En la concavidad de la excitación,
Oculto de vistas
indiscretas,
En momentos de efusión,
Contemplando el manso
río,
Que sin pausa se
precipita hacia a la mar,
Acariciando sus más
dulces encantos,
Lamiendo sus húmedas riveras.
Regando la pasión del
altar.
El movimiento se siente
en la vibración del viento,
Y con vigorosidad penetra,
En medio de la oscuridad,
el tren que viene de
Portugal,
sobre el viejo puente que
une a esta ciudad.
Tuiy mi ciudad.
¡Que de balcones tienes
para imaginar!.
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