Cerrar los ojos,
Y dejad que vuestro
pensamiento,
Os lleve hacia el
silencio,
No escuchéis los
murmullos de los tiempos,
Bajo el recuerdo que
critican los mundos.,
Veo arder el cielo sobre
la montaña sagrada,
Reino de las hadas,
Que entre las piedras,
Esconden el eterno
recuerdo,
La caja de Pandora en los
sueños.
El mas grande de los
conocimientos.
La Razón del Pensamiento.
Cuando en el equinoccio
de invierno,
las nubes al despertar,
se confunden con las
llamas del infierno
se concentran los espíritus
de los genios,
donde en sosegadas
conversaciones,
marcan los ideales del
pensamiento.
Y aun sin conocer los
hechos,
Dirigen la influencia de
la historia.
.
Cuenta la leyenda,
Que una niña perdida paso
la noche entre las piedras,
Cuando bajo al pueblo,
Ya pasaran muchos años,
Y ella una sola noche con
los santos.
Los primeros que la
vieron,
Le preguntaban si andaba
perdida,
Y ella siempre repetía.
Ayer estaba perdida,
“y bajando por el camino
santo” P.P.F.
Encontré la sabiduría,
Y al llegar,
Me siento de nuevo
perdida.
En medio de este pueblo,
Oculto tras las mentiras.
Lleno de hermosos
jardines,
De calles firmes de
piedra,
De balcones que al río
llevan,
Fiestas de reinos
perdidos,
huérfanas miradas de lo
vivido.
Los padres que ya eran
viejos,
No la reconocían en sus
sueños,
Mas la acogían por sus
muertos,
En el pueblo murmuraban
que estaba embrujada,
Que si la veías a los
ojos,
De ella quedabas prendida,
Y en el dolor del amor
perdido,
Tras los penosos
pensamientos,
Fallecías.
La niña.
Que se llamaba Razón,
Merodea aun por el
pueblo,
Aunque nadie la vea en
sus sueños.
Todos pasan por ella,
Sin mirarle a la cara.
Y si los saluda,
agachan la cabeza como
haciendo reverencia,
y callan,
no vaya a ser que le
roben la conciencia.
La Razón que de la montaña baja,
Deja el corazón a cargo
de los espíritus,
Dando a los hechos
concretos,
La satisfacción de lo
justo.
¿Por qué ir mas allá?,
¿para que justificar
nuestros sueños?,
Que en la mirada tibia
del tiempo,
Olvidan la niña que algún
día fueron.
Arden las nubes en al
cielo,
Sobre la montaña sagrada
de los recuerdos,
Tiempo que nos hace
viejos.
-“al llegar a la rotonda,
Giren en dirección,
Como si nunca hubiera un
mañana”.
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